domingo, 28 de junio de 2015

Caso clinico V : Paciente adulta mayor de 70 años con Quiste Hidatidico

CASO CLINICO
  -V- 


Angie V. Cespedes.  
UPAO - TRUJILLO

Interna de Medicina, del Hospital II Jorge Reátegui Delgado 
Piura 15 DE JUNIO , 2015  PERU - II ROT. 

Caso : 

Quiste Hidatidico 

Resumen :

En el presente caso, se expone el cuadro clínico de un paciente adulta mayor  de  70 años, procedente de Piura - Las Mercedes , quien presenta escalofrios y malestar general desde hace 2 años y al acudir a cita medica , Cirujano al ver los examenes de imagenes decide hospitalizarla para mejor estudio y poder llegar al diagnostico ; a el paciente se le realizo TAC y de forma particular examen de Western blot  . 

Abstract : 


In this case, the clinical picture of an older adult patient 70 is exposed from Piura - Las Mercedes, who has chills and malaise for 2 years and to attend medical appointments, surgeon to see imaging tests decides to hospitalize to better study and reach the diagnosis; to the patient underwent CT and particularly Western blot test.


CASO CLÍNICO COMPLETO: 



TAC - ABDOMEN  : 



Informe : 










ECO - ABDOMEN : 





BIBLIOGRAFIA  : 

- Hegglin D, Bontadina F, Deplazes P. Human–wildlife interactions and zoonotic transmission of Echinococcus multilocularis. Review Article. Trends in Parasitology. Available online 17 January 2015.
- Silva-Álvarez V, Folle AM, Ramos AL, Zamarreño F, Costabel MD, García-Zepeda E, Salinas G, Córsico B, Ferreira AM.Echinococcus granulosus antigen B: A Hydrophobic Ligand Binding Protein at the host–parasite interface. Prostaglandins, Leukotrienes and Essential Fatty Acids (PLEFA), February 2015;93:17-23.
- Sevinç B, Karahan Ö, Bakdik S, Aksoy N, Eryilmaz MA. Three complications of Pair (puncture, aspiration, injection, reaspiration) in one case: Recurrent hemobilia, cyst infection and pneumonia. International Journal of Surgery Case Reports, 2015;8:189-192.
- Alvela-Su árez L, Velasco Tirado V, Belhassen-Garcia M, Novo-Veleiro I, Pardo-Lledías J, Romero-Alegría A, Pérez Del Villar Moro L, Valverde-Merino MP, Cordero Sánchez M. Safety of the Combined Use of Praziquantel and Albendazole in the Treatment of Human Hydatid Disease. Am J Trop Med Hyg. 2014 Mar 10.

sábado, 30 de mayo de 2015

Caso clinico IV : Paciente adulto de 31 años con persistencia de Uraco

CASO CLINICO
  -IV- 


Angie V. Cespedes.  
UPAO - TRUJILLO

Interna de Medicina, del Hospital II Jorge Reátegui Delgado 
Piura 30 DE MAYO , 2015  PERU - II ROT. 

Caso : 

Persistencia de Uraco

Resumen :

En el presente caso, se expone el cuadro clínico de un paciente adulto  de  31 años, procedente de Tambogrande , con diagnóstico de Absceso Umbilical  ; que acude al servicio de emergencia por presentar episodios de dolor , crecimiento de masa y secreción mal oliente a nivel umbilical ; a el paciente se le realizo una Laparoscopia exploratoria encontrando Persistencia de Uraco . 

Abstract : 

In this case, the clinical picture of an adult patient 31 is exposed from Tambogrande, diagnosed with umbilical abscess; who comes to the emergency service have episodes of pain, mass growth and secretion smelly to umbilical level; to the patient underwent exploratory laparoscopy finding Urachus persistence.


CASO CLÍNICO COMPLETO: 

TOMOGRAFIA - ABDOMINAL :


COLON BARITADO: 





Informe : 




HALLAZGOS  DE LA OPERACION : 




BIBLIOGRAFIA  :
 1. Pinthus J, Haddad R, Trachtenberg J. Population based survival data on urachal tumors. J Urol 2006;175:2042e7. 
2. Moore K, Persaud T. Before we are born: essentials of embryology and birth defects. Philadelphia: WB Saunders; 1998. 3. Ueno T, Hashimoto H, Yokoyama H, Ito M, Kouda K, Kanamaru H. Urachal anomalies: ultrasonag

GUIA :

http://www.urologiacolombiana.com/userfiles/file/Pag-59-66-6_Patologia_del_Uraco.pdf

sábado, 16 de mayo de 2015

Caso clinico III : Hernia en paciente mujer adulta mayor

CASO CLINICO
  -III- 


Angie V. Cespedes.  
UPAO - TRUJILLO

Interna de Medicina, del Hospital II Jorge Reátegui Delgado 
Piura 15 DE MAYO , 2015  PERU - II ROT. 

Caso : 

Hernia umbilical e inguinal 

Resumen :

En el presente caso, se expone el cuadro clínico de un paciente adulta mayor  de  71 años, procedente de Union , con diagnóstico de Hernia inguinal  derecha y hernia umbilical ; que acude al servicio de emergencia por presentar un episodio de dolor abdominal asociado a masas ; la paciente fue intervenida de Hernioplastia laparoscopica . 

Abstract : 

In this case, the clinical picture of an older adult patient 71 is exposed from Union, diagnosed with right inguinal hernia and umbilical hernia; who presented to emergency presenting an episode of abdominal pain associated with mass; The patient was operated for laparoscopic hernia repair.


CASO CLÍNICO COMPLETO: 


VIDEO DE LA OPERACION : 

BIBLIOGRAFIA : 

1. Scottish Intercollegiate Guidelines Network. SIGN 50: A guideline developers’ handbook; [monografía en Internet] Edinburgh: Scottish Intercollegiate Guidelines Network. 2002 [citado 13 de mayo de 2005] Disponible en: http://www.sign.ac.uk/guidelines/fulltext/50/ index.html 2. Eubanks WS. Hernias. En: Townsend, C ed. Sabiston: Tratado de patología quirúrgica. 16ª ed. México:. McGraw-Hill Interamericana, 2003. p.898-917. 3. Grau Talens EJ, Vinagre Velasco LM, Téllez Peralta F. Anatomía quirúrgica de la región inguinal. Criterios de importancia quirúrgica. En: Álvarez Caperochipi J, Porrero Carro JL, Dávila Dorta D, eds. Cirugía de la pared abdominal. Madrid: Arán . 2002. p.155-64.

GUIA :

https://www.facs.org/~/media/files/education/patient%20ed/herniaespanol.ashx

http://www.sergas.es/docs/Avalia-t/GPC2007_01hernia%20inguino.pdf

jueves, 7 de mayo de 2015

Caso clinico II : Ulcera cronica infectada en paciente adulto mayor

 CASO CLINICO
  -II- 


Angie V. Cespedes.  
UPAO - TRUJILLO

Interna de Medicina, del Hospital II Jorge Reátegui Delgado 
Piura, Perú - 2015 - II ROT. 



Caso : 
Ulcera cronica infectada en paciente de 81 años 

Resumen :

BIBLIOGRAFIA : 

1) Burillo A, Moreno A, Salas C, Palacios J. Diagnóstico microbiológico de las infecciones de piel y tejidos blandos.

2) Procedimientos en Microbiología Clínica. 2006. SEIMC. Disponible en: http://w.w.w.seimc.org Guidelines for Diabetic Foot Infections. Diagnosis and Treatment of Diabetic Foot Infections. CID. 2004:39. Reddy M, Gill SS, Kalkar SR, Wu W, Anderson PJ, Rochon,


GUIAS : 

http://www.jano.es/ficheros/sumarios/1/0/1767/61/00610065_LR.pdf

http://med.javeriana.edu.co/publi/vniversitas/serial/v44n4/0037%20ulceras.pdf

sábado, 2 de mayo de 2015

INCIDENTES CRÍTICOS :


CRITERIOS DIAGNOSTICOS DE LA CEFALEA POSTPUNCION LUMBAR
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Segun La Organización Mundial de la Salud (OMS): 

G44.88 Cefalea asociada con otras alteraciones específicas.

Definición: es un dolor de cabeza bilateral que se desarrolla dentro de los cinco días posteriores a la realización de una punción lumbar (PL) y desaparece en una semana. La cefalea sobreviene o empeora en la posición de pie y desaparece o mejora después de acostarse.

CRITERIOS : 

A. Cefalea que empeora dentro de los 15 minutos después de sentarse o levantarse y que mejora 15 minutos después de acostarse, por lo menos con uno de los siguientes síntomas y criterios C y D.

1. Rigidez nucal 
2. Tinnitus 
3. Hiperacusia 
4. Fotofobia 
5. Náuseas 

B. Realización previa de punción lumbar. 

C. El dolor se presenta dentro de los cinco días siguientes a la punción lumbar. 

D. La cefalea mejora ya sea: 

1. Espontáneamente en una semana 

2. Dentro de las 48 horas posteriores a un tratamiento de la grieta del LCR (usualmente un parche hemático epidural). 

El 90 por ciento de los dolores debuta en las primeras 48 horas posteriores a la punción dural. 

Usualmente duran una semana pero se pueden prolongar hasta varias semanas debido probablemente a la persistencia de la fístula. 

Parece que entre más temprano comienza el dolor de cabeza, es más prolongado y severo. El dolor se inicia durante los primeros 20 segundos después de que el paciente se levanta y adquiere su máxima intensidad en los siguientes 30 segundos para desaparecer 20 segundos después de haberse acostado. 

La cefalea post-punción lumbar usualmente es descrita como opresiva o pulsátil, profunda, ubicada en la región frontal u occipital aunque puede ser generalizada. Más de la mitad de los pacientes acusan síntomas asociados como mareo, náuseas y ocasionalmente vómito. Los síntomas auditivos y el tinnitus son frecuentes y pueden ser causados por una fístula de líquido perilinfático de la cóclea al espacio subaracnoideo a través del acueducto coclear que está abierto funcionalmente en 50 por ciento de los adultos y genera un síndrome vestibular similar al de Menière. La cefalea post-punción lumbar es más frecuente en pacientes jóvenes y su frecuencia disminuye en pacientes mayores de 50 años. De igual manera se presenta más en mujeres que en hombres particularmente durante la vida fértil de ellas. Recientemente y con base en imágenes por resonancia magnética se han demostrado casos de hipotensión intracraneana sin la típica cefalea ortostática.

Por otra parte la posición en decúbito lateral izquierdo durante la punción lumbar promueve una menor incidencia de cefalea que cuando se hace en posición sentada como lo demostró un estudio realizado en anestesia subaracnoidea obstétrica. El reposo “obligado después de la punción que tradicionalmente se ordena al paciente neurológico”, no tiene mucho respaldo en la literatura e incluso puede ser preferible la movilización temprana. El tipo de personalidad tampoco parece influir en la aparición del dolor de cabeza. Tendemos a pensar que los pacientes más aprensivos lo desarrollarán con más frecuencia, pero el MMPI (Minnesota Multiple Personality Inventory) es similar en pacientes con y sin cefalea posterior a la punción lumbar. La patología de base parece no influir en la aparición del dolor post-punción aunque un estudio reciente informó una mayor incidencia en los pacientes con esclerosis múltiple tratados con natalizumab.

Fuente :

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INCIDENTE CRÍTICO N°02:


SINDROME DE MIRIZZI
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CLASIFICACION DEL SINDROME DE MIRIZZI : 

El síndrome de compresión biliar extrínseca, o síndrome de Mirizzi, es una complicación rara de la colelitiasis. Consiste en la obliteración del cuello de la vesícula biliar (bolsa de Hartmann) por un cálculo que causa una obstrucción mecánica extrínseca de la vía biliar; se puede presentar con fístula colecistocoledociana o sin ella, y puede generar dolor, ictericia y, ocasionalmente, colangitis. Fue descrito inicialmente por Kher en 1902 y Ruge en 1908 . En 1948 el cirujano argentino Pablo Mirizzi describió las características de la entidad que ahora lleva su nombre.


Desde el punto de vista epidemiológico, el síndrome de Mirizzi ocurre en menos del 1% de los pacientes operados y la incidencia es tan sólo de 0,7 a 1,4% de las colecistectomías realizadas en la mayoría de series publicadas . 

Se han descrito varias clasificaciones de este síndrome; McSherry, en 1982, lo clasificó en tipo I cuando era compresión extrínseca de la vía biliar y tipo II cuando se asociaba con fístula colecistocoledociana. 


Posteriormente, Starling subdividió el tipo I en IA, si se encuentra un conducto cístico largo que corre paralelo a la vía biliar y se encuentra obstruido por cálculos, y el IB cuando el cístico es corto, se encuentra completamente obliterado por los cálculos y no hay fístula  .   



A. Csendez, en 1989, lo dividió en cuatro tipos: tipo I, compresión sin fístula; tipo II, con fístula colecistocoledociana que compromete menos del 33% de la pared del árbol biliar extrahepático; tipo III, con compromiso del 33 al 66%, y tipo IV, con compromiso de más del 66% de la pared del árbol biliar extrahepático . 







Fuente:  
  1. Samaniego C, Sanabria V, Filártiga L. Experiencia en tratamiento del síndrome de Mirizzi. Rev Chil Cir. 2006;58(4):276-280.   
  2. Csendes A, Muñoz C, Albán M. Síndrome de Mirizzi – Fístula colecistobiliar, una nueva clasificación. Rev Chil Cir. 2007;59(Suppl):63-64.
  3. McSherry CK, Ferstenberg H, Virshup M. The Mirizzi Syndrome: Suggested classification and surgical therapy. Surg Gastroent. 1982;1:219-225.


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INCIDENTE CRÍTICO N°03:



PERSISTENCIA DEL URACO
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El uraco es un cordón fibroso obliterado, resto de la alantoides, que transcurre desde la cúpula vesical hasta el ombligo, situado en el espacio de Retzius entre la fascia transversalis y el peritoneo, limitado lateralmente por las dos arterias umbilicales involucionadas.



Como consecuencia del fallo en el proceso de obliteración de la luz uracal se producen los diferentes tipos de anomalías del uraco: uraco permeable congénito, fístula uracal, divertículo uraco-vesical, quiste de uraco y sinus alternante. Presentamos un caso de quiste de uraco asintomático y otro infectado.










Fuente:  
  1.   Mesrobian HG, Zacharias A, Balcom Ah, Cohen Rd. Ten years of experience with isolated urachal anomalies in child. J Urol 1997;158:1316-1318. 
  2. Hernández-Siverio N, Rodríguez P, Robayna G. Quistes de uraco. Estado actual del problema. Arch Esp de Urol 1990; 43(3):237-239.
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INCIDENTE CRÍTICO N°04:

PROFILAXIS DE LA ENFERMEDAD TROMBOEMBOLICA VENESO EN ADULTOS
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La enfermedad tromboembólica venosa (ETV) en adultos posee elevada morbimortalidad y puede asociarse a complicaciones crónicas invalidantes. Sin embargo, la adherencia a estándares de cuidado no es óptima. 

Se analizó la evidencia disponible en tromboprofilaxis y se generaron recomendaciones o sugerencias con diferentes grados de evidencia (A, B o C) para diferentes escenarios y métodos de tromboprofilaxis.  


En cirugías ortopédicas mayores se recomienda la profilaxis farmacológica con heparinas de bajo peso molecular, HBPM (1B), fondaparinux, dabigatrán y rivaroxaban (1B) que deben iniciarse durante la internación y mantenerse hasta 35 días después de la cirugía de cadera y hasta 10 días posteriores a la artroplastia de rodilla. La artroscopia de rodilla y la cirugía de columna programada no requieren profilaxis farmacológica (2B) salvo que posean factores de riesgo adicionales, en cuyo caso se recomiendan las HBPM. En pacientes con internación clínica y movilidad reducida esperable mayor a tres días, que posean factores de riesgo adicionales, se recomienda tromboprofilaxis con HBPM, HNF o fondaparinux (1B) hasta el alta. Aquellos pacientes neuroquirúrgicos o con HIC deberán recibir inicialmente tromboprofilaxis mecánica (2C) y dependiendo del caso, iniciar HBPM o HNF entre las 24-72 horas posteriores (2C). Estas últimas dos drogas son reco- mendadas para pacientes críticos. Los pacientes sometidos a cirugías no ortopédicas con bajo riesgo de ETV deberán realizar deambulación precoz (2C) y tromboprofilaxis mecánica (2C),  mientras que aquellos en los que el riesgo de ETV sea elevado deberán recibir HBPM y HNF (1B o 2C según su riesgo de sangrado).


Fuente:  
  1.   Hill J, Treasure T. Reducing the risk of venous thromboe- mbolism (deep vein thrombosis and pulmonary embolism) in patients admitted to hospital: summary of the NICE guideline. Heart 2010; 96: 879-82.
  1. Gould MK, Garcia DA, Wren SM, et al. Prevention of VTE in nonorthopedic surgical patients: Antithrombotic Therapy and Prevention of Thrombosis, 9th ed: American College of Chest Physicians Evidence-Based Clinical Practice Guidelines. Chest 2012; 141: 227-77.
GUÍA DE RECOMENDACIONES PARA LA PROFILAXIS DE LA ENFERMEDAD TROMBOEMBÓLICA VENOSA EN ADULTOS : 



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LAS 4 “F” DE COLECISTITIS
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Clásicamente, se han resumido los factores de riesgo para el desarrollo de colelitiasis con la nemotecnia en inglés de las cuatro F , SON  : 

  1. female (sexo fe- menino)
  2. fat (obesidad)
  3. fertile (partos múltiples)  
  4. forty (cuarta década de la vida) 

Características que en su mayoría se relacionan con niveles altos de progesterona y la subsecuente alteración en la motilidad de la vesícula y la vía biliar . 



Fuente:  
1) Elwood D. Cholecystitis. Surg Clin N Am. 2008;88:1241-52.
2) Strasberg SM. Acute calculous chole- cystitis. N Engl J Med. 2008;358:2804- 11.

ARTICULO : http://med.javeriana.edu.co/publi/vniversitas/serial/v51n3/5-COLECISTITIS.pdf 


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INCIDENTE CRÍTICO N°06:

SINDROME ICTERICO
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El síndrome ictérico se manifiesta por la coloración amarillenta de la piel, escleras y membranas mucosas, muchas veces asociado a coluria y acolia. El cuadro clínico va a depender de la causa de la ictericia por lo tanto para hacer un buen diagnóstico se debe obtener una buena historia clínica y examen físico. Luego se procede con análisis de laboratorio, estudios de imágenes (radiológicos, ecográficos, tomográficos, gammagráficos, resonancia magnética entre otros) y en ocasiones estudios invasivos (endoscópicos, percutáneos, biopsias, etc.). 

Diagnóstico diferencial : 







Fuente:  

  1.   Chuttani T, et al. Therapeutic ERCP: state of the art. Gastrointest Endosc Clin N Am 2003;13:539.
  2.   Green RM, et al. AGA technical review on the evaluation of liver chemestry tests. Gastroenterol 2002;123:1367.
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miércoles, 15 de abril de 2015

EVIDENCIA PRACTICA

EVIDENCIA PRACTICA I.

 CIRUGIA LAPAROSCOPICA 



1) Hernioplastia inguinal laparoscopica :



Es la cirugía para reparar una hernia en la pared abdominal de la ingle. Una hernia es un tejido que protruye por un punto débil en la pared abdominal. Los intestinos pueden protruir a través de esta área debilitada.
Durante la reparación de la hernia, este tejido que protruye se empuja de nuevo hacia adentro. La pared abdominal se fortalece y se sostiene con suturas (puntos de sutura) y, algunas veces, una malla.
Hernioplastia laparoscopica: TAPP y TEP :

American College of Surgeons : 




SOP :



ISODINE* ESPUMA e ISODINE* SOLUCIÓN ANTISÉPTICA son soluciones microbicidas de acción inmediata y prolongada contra bacterias, virus, hongos y protozoarios para uso en piel y mucosas. Espectro y actividad: ISODINE* ESPUMA e ISO­DINE* SOLUCIÓN ANTISÉPTICA son microbicidas universales de acción que se inicia 15 segundos después de la aplicación y destruyen bacterias (grampositivas y gramnegativas), virus, hongos y protozoarios. Beneficios: Acción microbicida inmediata, tratamiento efectivo que no quema, no irrita y no sensibiliza, mejor protección para el paciente.


ISODINE* ESPUMA: lavado de heridas, abrasiones, lavado prequirúrgico de manos, lavado del área quirúrgica antes de cualquier manipulación médica y quirúrgica y lavado de instrumental y equipo hospitalario.

ISODINE* SOLUCIÓN ANTISÉPTICA: curaciones de heridas, quemaduras y abrasiones, preparación del área quirúrgica e irrigación vesical.












1.    Descripción general del procedimiento

Esta cirugía consiste en realizar las operaciones de los diferentes órganos abdominales sin abrir el
abdomen como lo hace la cirugía clásica (CC). Para lograr su objetivo, la Cirugía 

Laparoscópica (CL) utiliza una microcámara de televisión compuesta de un teles-copio, que se denomina Laparoscopio, con el cual visualiza el interior del abdomen (Lámina 1). Este dispositivo permite una magnificación de la imagen 20 veces el tamaño normal, cuyo resultado final se aprecia con gran nitidez en un monitor. 

Como el interior del abdomen es oscuro, se tiene que agregar luz a través del mismo laparoscopio utilizando una fuente de luz fría, transmitida a través de fibra óptica A esto se agrega un Insuflador, que es un dispositivo que insufla CO2 por una aguja (aguja de Verres) previamente colocada en la pared abdominal . 

Todos sabemos que dentro del abdomen no hay aire y el gas (más o menos 3-4 lts en el adulto promedio) se acumula en la cavidad peritoneal para crear un espacio a manera de una carpa que permita que la cámara se desplace en un espacio real como en un set de televisión.

Hasta este momento tenemos ya la cavidad abdominal visualizada perfectamente por un circuito cerrado de TV. Ahora debemos operar y para esto es necesario introducir pinzas y tijeras a la cavidad. Los dispositivos que permiten la entrada y salida de los diversos instrumentos quirúrgicos son los trócares, cuya longitud es de 33-40 cm y su diámetro entre 10 y 5 mm (Lámina 2-3).

Los trócares constan de dos partes: el trócar que es un punzón que atraviesa la pared abdominal, y la camiseta o funda que queda para la parte operativa; esta funda permite la introducción de los instrumentos sin perder la presión de CO2 del Neumoperitoneo. 

La presión recomendada al inicio y al momento de instalar todos los instrumentos es de 15 mmHg. Una vez hecha la instalación y durante el tiempo que dure la operación, deberá bajarse a 12 ó 10 mm de Hg. De este modo se evitan complicaciones en la capnografía (CO2 exhalado) y capnemia (CO2 en sangre).

Terminado el procedimiento se aspira el neumoperitoneo y se suturan las puertas de entrada de los trócares que se hubieran puesto. Se supone que es un procedimiento que es menos doloroso por el hecho de no haber una gran incisión en la pared abdominal.

LAMINA 1

•    La Videocámara (Lámina 1)

Es pequeña y de alta resolución. (Lámina 3:3) Puede ser de un chip como al comienzo, o de tres como las que se usan hoy, con la ventaja de poder obtener una imagen más nítida y con menos interferencias. Lo último son las cámaras de sistema digital. 

En lo que se refiere al comando de registro, pausa y el control de luz de las imágenes que han de guardarse en una videogra-badora, éste se realiza desde el cabezal de la cámara.




LAMINA 2 



•    La Fuente de Luz Fría (Lámina 2)

Permite generar una luz parecida al día que varía entre 3500 y 6000 grados Kelvin (Lámina 4:2).

        El rango es el siguiente: 

        Luz halógena                                  3500 grados Kelvin
        Luz halídica o halogenuro metálico      5600 grados Kelvin 
        Luz Lámpara zeta                            5600 grados Kelvin
        Luz de Xenón                                  6000 grados Kelvin

Con las cámaras actuales que son super sensibles cualquiera de ellas es suficiente, pero se sabe que a mayor cantidad de rayos Kelvin mayor calidad de luz, esto quiere decir, luz más blanca y más parecida a la luz del día.



LAMINA 3 


•    Insuflador (Lámina 3)


Es un dispositivo para insuflar CO2. Es electrónico y automático. Podemos graduar la presión del abdomen en forma previa, igualmente podemos graduar el flujo a nuestro deseo, desde 1 litro hasta 20 litros por minuto. Es automático porque insufla cuando baja de la presión programada y se detiene al llegar a ella, lo que permite que el espacio de trabajo sea constante y facilite la cirugía. 

En la actualidad hay insufladores de 30 litros por minuto, que no sólo se detienen al llegar a la presión deseada sino al momento en que sube la presión a 20. Cuando el paciente puja la máquina, automáticamente extrae el CO2. La humidificación y calentamiento del gas a 37 grados son dos características de las últimas generaciones. 

•    Monitor, VCR o Videoprinter

Es la pantalla por donde se ve el interior del abdomen al momento de operar (lámina 3:2). Se requiere que sea de alta resolución y que siempre se acompañe de un sistema de registro, para lo cual se utiliza un VHS o S-VHS si se quiere una imagen regular o de mejor resolución respectivamente. 

El Videoprinter se utiliza para registrar imágenes a manera de fotografía de la operación y que éstas puedan archivarse en la historia clínica (Lámina 4:1).

Instrumental Básico 

    Laparoscopio 10 mm, 0 grados 
    Laparoscopio 10 mm, 30-45 grados
    Aguja de Verres
    Grasper de 5 mm con cremallera
    Grasper de 5mm sin cremallera
    Pinza de Maryland de 5mm
    Tijera descartable de 5mm
    Pinza extractora de vesícula de 5mm
    Electrodo de gancho 5mm monopolar
    Electrodo de bola 5mm monopolar
    Cable monopolar
    Pinza de coagulación bipolar
    Cable bipolar
    Aplicador de clips de titanio de 10mm
    Portagujas de 5mm
    Empujanudos de 5mm
    Aspirador irrigador de 5mm 
    Reductor de metal de 10 a 5mm
    2 Trócares de 5mm
    2 Trócares de 10mm
    1 Trócar de Hasson

    Opcional

    Set de Minilaparoscopía
    Set de trócares de 12mm, 15mm, 18mm
    Set de Cirugía Avanzada que incluye:
    Pinzas de Babcock
    Separadores en abanico
    Pinza en anillo tipo Foester
    Pinza de Maryland de 10mm
    Clamps intestinales
    Clipadores de 5mm
    Tacker
    Trócar balon
    Endosuturas lineales y circulares
    Bisturí armónico ultrasónico
    Ecografía Laparoscópica operatoria
    Electrobisturí, electrocauterio, etc.





2.    Procedimiento Técnico de la Laparoscopía

La laparoscopía es un procedimiento que tiene varias etapas:

    1.-    Neumoperitoneo
    2.-    Instalación de Trócares
    3.-    Procedimiento quirúrgico
    4.-    Exsuflación y retiro de los instrumentos





2.1.    El Neumoperitoneo
Consiste en la insuflación de un gas inerte en la cavidad peritoneal a través de una aguja de Verres (aguja con protección para no dañar las vísceras). El gas que se utiliza es el CO2 pero pueden utilizarse el helio y el óxido nitroso. La presión a la que se debe trabajar laparoscópicamente es máximo 12 mm de Hg. Esta presión se debe mantener constante, lo que se logra a través del insuflador, aparato que inyecta CO2 en la cavidad peritoneal a un flujo variable (dependiendo de la necesidad se regula automáticamente por sistemas electrónicos). Al inicio del neumoperitoneo es recomendable iniciar la insuflación a 1 lt por minuto, con lo cual se puede evaluar si la presión inicial es correcta y descartar que la aguja de Verres pueda estar en situación incorrecta y estar insuflando en un órgano o en una vena o arteria. Pasado el primer litro ya se podrá aumentar el flujo a 15 lt o más.

Si la presión del CO2 sube a 15 se van a tener múltiples problemas, como sucedía al principio: el enfisema subcutáneo, disminución del retorno venoso por retención en el área esplácnica e ingurgitación yugular, sobrecarga ventricular y congestión, incremento de la capnemia (CO2 en sangre) y la capnografía (CO2 exhalado), lo cual no es muy recomendable porque puede provocar daño, en especial en el paciente anciano.

Sin el neumoperitoneo es imposible operar, porque no habría espacio para el desplazamiento de los instrumentos y manipulación de los órganos.
2.2.    Instalación de Trócares
El primer trócar debe instalarse generalmente por el ombligo, para lo cual se hace una incisión radial o en el fondo del ombligo. Previa tracción de la pared hacia arriba, debe hacerse presión suave y permanente, con movimientos rotatorios de la mano hasta sentir la activación del sistema de protección que tienen los trócares. Una vez hecho esto se retira el mandril o trócar o punzón y se abre la válvula para comprobar la salida libre del gas, con lo cual se confirma su correcta posición. Seguidamente se colocan los trócares en el abdomen de acuerdo al tipo de operación programada, 3, 4 o más trócares del calibre que el cirujano considere, 2mm, 3mm, 5mm, 10mm, 11mm, 12mm, 15mm, 18mm, 33mm, etc.
2.3.    Procedimiento quirúrgico
Toda operación se inicia con una laparoscopía diagnóstica recomendándose como rutina usar el análisis por cuadrantes de acuerdo a las agujas del reloj y en forma horaria, iniciando desde las 12 que será el ligamento redondo. Luego se procederá a la operación propuesta ubicando los trócares dependiendo del órgano a operar.
2.4.    Exuflación y retiro de los instrumentos
Terminada la operación se deberá lavar la cavidad si es necesario y aspirar todo el líquido y gas remanente. Posteriormente se retiran los trócares y se suturará la aponeurosis en todos los espacios dejados por los trócares de 10 o más mm de diámetro para evitar las eventraciones.


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EVIDENCIA PRACTICA II.

 CATETERISMO VESICAL




En nuestro hospital es muy frecuente el cateterismo vesical , mediante la colocación de sonda foley , que puede ser transitoria, intermitente y permanente; la prescripción transitoria requiere de un tiempo menor a 5 minutos de permanencia de la sonda, habitualmente se realiza con fines diagnósticos, el intermitente se utiliza por lo general en pacientes con vejiga neuropática, y en cuanto a la permanente, suele mantenerse por días o meses, por lo que a continuación mencionaremos algunos casos :
  1. Vaciar completamente la vejiga antes de la cirugía o del parto.
  2. Para mantener la descompresión de la vejiga durante ciertos procedimientos quirúrgicos.
  3. En el post-operatorio o en el post-parto para prevenir la distensión vesical cuando el paciente no es capaz de orinar espontáneamente (paciente que se le aplicó anestesia raquídea).
  4. Para vaciar el contenido de la vejiga y aliviar la distensión vesical por una importante retención de orina.
  5. Para determinar la cantidad de orina residual en la vejiga después de la micción.
  6. Controlar la hemodinamia del paciente en estado crítico (control de diuresis en pacientes con choque, deshidratación, estado de coma, valoración del estado hidroelectrolítico del paciente).
  7. Para mantener el drenaje constante de la orina.
  8. Para irrigar al paciente o introducir ciertos medicamentos.
  9. Para tomar muestras de orina estéril en algunos pacientes incontinentes en que la orina expulsada estará inevitablemente contaminada.
    Anteriormente se utilizaba el sondeo temporal para obtener una muestra de orina estéril, esto ya no se recomienda excepto en casos muy especiales debido al riesgo que implica la infección asociada al sondeo. El método que se recomienda es utilizar una técnica limpia.
  10. Estudios urodinámicos como cistomanometría o examen cistoscópico ureterografía, cistografía.


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EVIDENCIA PRACTICA III.


 RETIRO DE SUTURAS


En el consultorio de curaciones de nuestro hospital el retiro de puntos es  uno de los procedimientos  mas  realizados diariamente , motivo por el cual es tan importante como saber efectuar una sutura es realizar una correcta retirada de esta pues de no hacerse bien, podría abrirse de nuevo la herida, hecho que ocurre con demasiada frecuencia.

1. La retirada de puntos se realiza con una pinza de disección sin dientes y con una hoja de bisturí o una tijera de punta fina.

2. Se corta el hilo de forma que la parte que queda sobre la superficie no pase por el interior de los tejidos y se traccionará de forma que éste quede cruzado por encima de la línea de sutura ( se puede apoyar la tijera sobre los bordes de la herida para evitar tirar del tejido y facilitar la salida). 

3. Retirar la sutura haciéndolo de forma alterna por si se inicia separación de los bordes y es necesario retrasar la retirada de sutura. 

4. Cuando en la herida haya muchas costras, se procederá a la limpieza de las mismas, para que resulte mas sencillo la retirada de la sutura.

5. La sutura continua se realiza cortando las lazadas alternativamente y tirando de ellas. 

6. En las suturas intradérmicas, se corta el nudo en uno de los dos extremos y tiramos del otro a lo largo de la incisión. 

7 .En cuanto a los agrafes, se sujetan por un lado con una pinza de disección con dientes mientras introducimos el quita agrafe para abrirlo y retirarlo.

8. Suturas metálicas: Se debe tener especial cuidado al cortar el hilo, ya que no debe quedar una punta doblada que pueda lesionar los tejidos al salir.


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EVIDENCIA PRACTICA IV.



CURACIONES DE ULCERAS 




Otro de los procedimientos mas realizados es las Curaciones de ulceras infectadas , pie diabéticos , heridas abiertas entre otras . 

En esta evidencia se aprecia la curación de una ulcera de un paciente diabetico que se infecto .

Una úlcera, es aquella lesión abierta producida originalmente en la superficie de la piel, llegando incluso hasta el musculo, originando una necrosis en la parte afectada, debido a una mala o deficiente cicatrización de la lesión. Pueden ser provocadas por alguna abrasión, acompañadas de inflación e incluso de infección. Es una rotura con perdidas de sustancia del tejido epitelial del organismo.

El tratamiento de las úlceras es idéntico al de una herida abierta, teniendo en cuenta que en este caso existe una pérdida de tejido, aunque podemos diferenciar varias fases en las úlceras:
  • En la primera fase observamos una irritación en la piel, aún no se ha perdido tejido cutáneo y también se puede presentar una dureza o decoloración. El tratamiento en este caso es preventivo, lavar bien la zona y mantenerla seca después, es conveniente tapar la zona con un apósito.

  • En la segunda fase la herida es algo mayor y ya se pueden observar ampollas, vesículas o rotura de la superficie (dermis, epidermis). El tratamiento al igual que anteriormente consiste en el lavado, secado minucioso y colocación de un apósito, aunque si descubriéramos la aparición de infección en la zona procederemos a repetir cada día este proceso, aplicando el tratamiento señalado por personal médico en cuanto al ATB que se debe tomar.

  • En la tercera fase observaremos la lesión o muerte celular de la piel, aunque su profundidad no es extrema, las técnicas de cura a partir de estos casos deben ser realizadas por personal sanitario por contener un extremado riesgo de infección y su consecuente empeoramiento.

  • Cuarta y última fase. La fase de mayor agravante puesto que la úlcera ya se ha extendido en una alta medida, ahondando hasta llegar a la masa muscular, hueso, etc. La destrucción de tejidos es importante y el riesgo de infección y complicaciones es altísimo, debe ser tratada mediante curaciones de enfermería y quirúrgicas .
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EVIDENCIA PRACTICA V.



DRENAJE DE ABSCESO



Un absceso es una colección de pus localizada en una zona anatómica concreta, formada por restos de leucocitos degradados, bacterias, tejido necrótico y exudado inflamatorio, y rodeada de una zona de tejido inflamatorio, fibrina y tejido de granulación1.

Para que se produzca, es necesario que entren en contacto con el tejido gérmenes del exterior. En ocasiones, este contacto es debido a una alteración en la piel por una herida, erosión o punción, pero también pueden llegar por contigüidad, a través de conductos anatómicos naturales (de hecho, son frecuentes en el cuello o las axilas los abscesos debidos a obstrucción de glándulas sebáceas o apocrinas) o diseminados por el sistema circulatorio. El germen más frecuentemente implicado es Staphylococcus aureus2aunque a veces se encuentran otros gérmenes del grupo Streptococcus o incluso gérmenes anaerobios en el caso de tejidos poco oxigenados.

Clínicamente, un absceso se manifiesta en forma de masa dolorosa fluctuante, con signos inflamatorios locales. Precisamente es la presencia de fluctuación lo que diferencia un absceso de un flemón, en el que el material purulento es escaso y, por tanto, el abordaje terapéutico será diferente. Por ello es fundamental detectar la fluctuación (sensación táctil de líquido a la palpación exterior del absceso), tanto para el diagnóstico como para el tratamiento, pues indicará la zona en la que habrá que realizar la incisión. 



Técnica de drenaje : 

Siempre que hay una masa purulenta accesible, el tratamiento debe ser su evacuación física, es decir, el drenaje. El uso de antibióticos sistémicos es de dudosa eficacia, por lo que suele ser una medida coadyuvante. El antibiótico empleado será amoxicilina-ácido clavulánico 500-1.000/125 mg/8 h o cloxacilina 500 mg/6 h, pudiendo recurrirse a macrólidos en pacientes alérgicos.

Antes de llegar a la fase de absceso, las infecciones localizadas suelen pasar por una fase flemonosa. Para acelerar la formación de pus, puede ser útil el empleo de calor local, y realizar el drenaje cuando la fluctuación sea evidente3.

El drenaje de un absceso es una técnica sencilla que se puede realizar en cualquier servicio de Atención Primaria (AP) de forma ambulatoria, con escasas complicaciones si se conoce la técnica. No obstante, en algunos casos está contraindicado el drenaje en AP, será entonces cuando habrá que derivar al paciente al segundo nivel asistencial . 

Procedimiento

  • Lavado y desinfección de la zona: como en toda técnica de cirugía menor, debe comenzarse con el lavado de manos del personal que realizará el procedimiento, con la desinfección de la zona a tratar mediante el uso de povidona yodada, y la delimitación del campo con paños estériles.

  • Anestesia local de la zona: se debe emplear un anestésico sin vasoconstrictor, pues este puede aumentar la necrosis de los tejidos infectados. El uso de anestesia local viene respaldado por numerosos estudios que avalan su empleo, no solo para eliminar el dolor de la propia incisión, sino también para reducir el dolor durante la fase de desbridamiento de la cavidad del absceso. Así, varios estudios han demostrado la utilidad de la inyección de anestesia local tanto en las capas superficiales de la piel como en el interior 
  • del absceso. A pesar de ello, es posible que el desbridamiento posterior sea doloroso, pues este tejido está sometido a un medio ácido, que reduce parcialmente la eficacia de la anestesia.

  • Incisión: debe realizarse en la zona de máxima fluctuación del absceso, que generalmente corresponde al centro de este. En el caso de que haya dudas, puede realizarse una punción y aspiración con aguja de 21 G hasta que se compruebe la salida del material purulento. Hay que evitar la zona de tejido inflamatorio circundante, muy vascularizado, para no producir un sangrado importante. La incisión debe ser amplia para garantizar la correcta y completa salida del pus. Y la zona de incisión debe protegerse con gasas de posibles proyecciones de material purulento; también se recomienda el uso de gafas. Cuando comience a salir el material purulento se puede ayudar con la compresión de la piel de alrededor (foto n.o 3), dirigiendo la presión hacia la zona de incisión, evitando exprimir en sentido vertical al plano del absceso, pues se podría empujar el contenido de pus hacia planos profundos, lo que daría lugar al llamado efecto «reloj de arena», que dificultaría el drenaje completo.
  • Desbridamiento : se introducirá en la cavidad una pinza de Kocher, abriéndola y cerrándola en su interior en todas las direcciones, con el fin de romper los tabiques que se hayan podido formar y eliminar los restos de tejido necrótico y fibrina. El objetivo es que en el interior de la cavidad quede tejido lo más sano posible.
  • Lavado de la cavidad : una vez desbridado, se debe lavar la cavidad con abundante suero fisiológico, que se inyectará con jeringa aplicando una ligera presión. Posteriormente, se lavará la cavidad con una mezcla al 50% de agua oxigenada y povidona yodada. El desbridamiento y el lavado con agua oxigenada y povidona yodada suelen ser los pasos más dolorosos del proceso, por lo que se debe advertir al paciente y respetar los tiempos que necesite.
  • Colocación del drenaje : los abscesos se deben cerrar «por segunda intención», para evitar un cierre superficial que podría dejar material contaminado en el interior. Por ello, se colocará un drenaje tipo Penrose o gasa de borde orillada, que se introducirá en la cavidad empapada en solución de povidona yodada, con ayuda de las pinzas de Kocher y dejando una parte en el exterior para su extracción en la siguiente cura. En abscesos de pequeño tamaño muy superficiales, como en las paroniquias (abscesos periungueales), puede no ser necesario colocar un drenaje.
  • Cura local : una vez colocado el drenaje, se realizará una cura oclusiva con gasas y apósito estéril.
  • Curas diarias: las curas posteriores deben ser diarias, para lo que se retira el drenaje, se lava la cavidad del mismo modo que la primera vez y se coloca de nuevo el drenaje, hasta que deje de salir material purulento y el tejido de granulación rellene por completo la cavidad.






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EVIDENCIA PRACTICA VI.



APENDICECTOMIA


Durante mi rotación en Cirugía de este hospital , la patología quirúrgica mas  frecuente en emergencia fueron 4 casos de Apendicitis aguda , a quienes se les realizo como tto quirúrgico de emergencia una APENDICECTOMIA, motivo por el cual es necesario saber cada  paso de esta operación . 




Indicaciones : 


Cuando se ha diagnosticado apendicitis aguda, la operación temprana está casi siempre indicada, pero puede convenir posponerla para tener tiempo de administrar líquidos en pacientes intoxicados, en niños y en ancianos. Si hay signos de peritonitis generalizada de cierta duración con toxemia y meteorismo intensos, algunos cirujanos se inclinan a favor del tratamiento expectante con el paciente semisentado, aspiración gástrica continua, alimentación parenteral (incluso sangre) y antibióticos y sulfamidas a grandes dosis. En estas circunstancias se vigila estrechamente la formación de abscesos, particularmente en la pelvis, cuadrante inferior derecho y región subfrénica, y se drenan en el momento oportuno. Este tratamiento conservador raras veces está indicado si la duración de los síntomas no llega a cuatro días. 

Cuando se encuentra una masa en el cuadrante inferior derecho al explorar al paciente por primera vez, es por lo común aconsejable el tratamiento expectante durante varios días; en ocasiones, esta masa desaparece sin drenaje y la apendicetomía está siempre indicada en fecha posterior. Si el absceso requiere drenaje, la apendicetomía se practica simultáneamente si resulta fácil, pero de no ser así, se efectuará posteriormente. Si el diagnóstico es de apendicitis crónica, se deberán eliminar otras causas de dolor y trastornos. 


Preparación preoperatoria : 

Se dedica principalmente a restablecer el equilibrio hidro-iónico, en particular en niños y ancianos. Cuando hay peritonitis, la administración de antibióticos y sulfamidas coadyuva por lo común al restablecimiento sin complicaciones. Se recomienda la aspiración gástrica continua si hay peritonitis o el paciente tuvo vómitos. Anestesia. Se prefiere la anestesia por inhalación, pero la anestesia raquídea es también satisfactoria. En pacientes muy graves está a veces indicada la anestesia local. 

Posición: 

Decúbito supino. 

Preparación operatoria: 

La ordinaria de la piel. Incisión y exposición. En ninguna intervención quirúrgica ha resultado tan perjudicial hacer sistemáticamente la misma incisión. No hay ninguna que pueda hacerse siempre, puesto que el apéndice es un órgano móvil que es posible hallar en cualquier zona del cuadrante inferior, en la pelvis, por detrás del colon ascendente y, aunque raras veces, en el lado izquierdo de la cavidad abdominal .

El cirujano determina la situación del apéndice basándose principalmente en el punto de sensibilidad máxima a la palpación y practica la incisión que mejor se presta para exponer esta zona. En la mayor parte de los casos se llega satisfactoriamente al apéndice por la incisión oblicua en el cuadrante inferior derecho con separación de las fibras musculares, que es una variante de la incisión original de McBurney.

Si el paciente es mujer, muchos prefieren sistemáticamente la incisión sobre el recto derecho incisión, para poder descubrir la pelvis, salvo cuando por haber signos de absceso, la incisión debe hacerse directamente sobre éste. 

Cualquiera que sea la incisión, se profundiza primero hasta la aponeurosis de la capa muscular más superficial. En la incisión con disociación de las fibras musculares, la aponeurosis del oblicuo mayor se divide en dirección paralela a sus fibras desde el borde de la vaina del recto hasta el flanco . Mientras se mantienen separadas las fibras del oblicuo mayor, se incide el oblicuo menor en dirección a sus fibras hasta llegar a la vaina del recto por dentro y a la cresta ilíaca por fuera . Algunas veces se dividen el transverso y la fascia transversalis con el oblicuo menor, pero se dispone de un plano más resistente para la sutura si se seccionan con el peritoneo. La vaina del recto se puede abrir de 1 a 2 cm para ampliar el campo . 

El peritoneo se prende con dos pinzas, primero el cirujano y después el ayudante . El operador abre las pinzas, las prende de nuevo más cerca de las que puso el ayudante y con el mango del bisturí comprime la serosa entre ellas para separarla del intestino subyacente. 

Esta maniobra para proteger el intestino es muy importante y siempre deberá efectuarse antes de abrir el peritoneo. Abierto éste , sus bordes se fijan con pinzas a las compresas de gasa húmeda colocadas en los bordes de la herida . Del líquido peritoneal se toman muestras para siembras.


Detalles de técnica operatoria : 

Si el ciego aparece casi inmediatamente, lo mejor es, por regla general, atraerlo a la herida, sujetarlo con una compresa de gasa húmeda y liberar el apéndice sin explorar a ciegas el abdomen . Liberado el apéndice, se puede prender su meso con unas pinzas cerca de su vértice e introducir el ciego en el abdomen. Acto seguido se aísla la cavidad peritoneal con compresas de gasa húmeda .

El mesoapéndice se secciona entre pinzas y sus vasos se ligan cuidadosamente . Es mejor ligar por transfixión los tejidos prendidos con las pinzas que hacer ligaduras simples, porque mientras se mantienen los tejidos en tensión no es raro que los vasos se escapen de las pinzas y sangren posteriormente en el espesor del meso. Ligados los vasos del mesoapéndice, se comprime la base del apéndice con unas pinzas acodadas .

La pinza acodada se corre 1 cm hacia la punta del apéndice, se liga éste exactamente en el borde proximal de la porción aplastada y el nudo se prende con unas pinzas. En la pared del ciego en la base del apéndice se hace una sutura en bolsa de tabaco, teniendo cuidado de no perforar los vasos sanguíneos en la línea de inserción del mesoapéndice . Se levanta el apéndice, se cubre el ciego con compresas de gasa húmedas para evitar que se contamine, y el apéndice se secciona entre la ligadura y las pinzas acodadas con un cauterio o un bisturí mojado en fenol . Se cortan los cabos de la ligadura de la base del apéndice y se hunde ésta con las pinzas rectas aplicadas en el nudo para invaginar el muñón en la pared del ciego. Se abren las pinzas y se retiran al anudar la sutura en bolsa de tabaco. La pared del ciego se puede inmovilizar con unas pinzas sin dientes para facilitar la maniobra de invaginar el muñón apendicular . Terminada ésta, el ciego aparece como se muestra en la figura 1. La zona operatoria cecal se cubre con epiplón . 

El drenaje es a veces recomendable cuando hay un absceso o una perforación cerca de la base del apéndice que hace imposible el cierre hermético del ciego. Los drenajes deben ser blandos y lisos, de preferencia de lámina de caucho con relleno de gasa o sin él. En ningún caso se utilizarán para esto gasa seca ni tubo de caucho duro porque pueden lesionar el intestino. Algunos cirujanos no drenan la cavidad peritoneal cualquiera que sea la intensidad de la infección y confían en la quimioterapia y en los antibióticos para dominarla.

Cierre: 

Se mantienen separados los planos musculares mientras se cierra el peritoneo con sutura entrecortada con seda del núm. 000 o sutura continua con catgut crómico del mismo número . La fascia transversalis incorporada al peritoneo ofrece un plano de mayor resistencia para esta sutura. El oblicuo menor y la pequeña abertura de la vaina del recto se suturan con puntos separados . La aponeurosis del oblicuo mayor se coapta sin estrangularla por sutura entrecortada con seda . El tejido subcutáneo y la piel se suturan por planos.


Otro método  que se uso durante las operaciones y que tambien se reporta en las revisiones es que en algunos casos, a fin de evitar la rotura del apéndice distendido, es preferible ligar y seccionar la base del apéndice antes de intentar llevarlo a la herida. Por ejemplo, si el apéndice está adherido a la cara externa del ciego , resulta a veces más sencillo pasar por debajo de la base del apéndice unas pinzas curvas para poder prenderlo con otras pinzas y ligarlo . Después de ligar la base, la cual se encuentra muy a menudo bastante indurada, se secciona el apéndice con el cauterio o un bisturí mojado en fenol. La base del apéndice se invagina con una sutura en bolsa de tabaco . Las adherencias del apéndice se seccionan con tijeras curvas y largas hasta que se puedan identificar claramente sus vasos . 

Entonces se aplican pinzas curvas en el mesoapéndice y los tejidos prendidos por ellas se ligan con seda fina. Cuando el apéndice está detrás del ciego es necesario incidir el peritoneo parietal paralelamente al borde externo del apéndice, según se ve éste a través de la serosa . De esta manera se puede disecar el apéndice y extraerlo de detrás del ciego sobre la cubierta peritoneal del psoasilíaco .